Rodrigo Cortés sorprende a propios y extraños con esta cinta de suspense mayúsculo y nos regala una de las mejores películas en lo que va de temporada.
Después de haber cosechado excelentes críticas en diferentes festivales especializados, por fin se estrena la película del cineasta español que cuenta con el joven Ryan Reynolds como protagonista absoluto.
Tras unos formidables y muy hitchcockianos títulos de crédito, el cineasta da paso a uno de los planos más osados que se han visto en una sala grande, y ya pone sobre aviso al espectador de cuáles son sus intenciones y de por dónde van a ir los tiros.
El director flirtea con todos los géneros con determinación inusitada, eso sí, predominando siempre el suspense, y nos hace partícipes de todo el asunto introduciéndonos en ese opresivo y agobiante ataúd junto al protagonista, logrando con ello que suframos con él, que sintamos su claustrofobia, su ira, su desesperación, su angustia... De forma paulatina nos vamos dando cuenta de que nos va faltando el oxígeno (al igual que al sufrido y sepultado protagonista), y es sólo cuando se encienden las luces de la sala que logramos coger grandes bocanadas de aire. Y es ahí cuando nos damos realmente cuenta de que esta pequeña película es muy grande.
El director consigue el más difícil todavía, logra angustiarnos a lo largo de 90 rapidísimos minutos, nos mantiene en tensión, con los nervios a flor de piel, y al mismo tiempo, logra (y esto es realmente difícil de conseguir) que disfrutemos ante tal situación de angustia extrema.
Mención especial merece un Ryan Reynolds en estado de gracia. El canadiense da una lección de interpretación digna de los más grandes. Ahora aterrado, ahora sarcástico, ahora temeroso, ahora furioso. Ryan toca todos los registros habidos y por haber, y logra una proeza nada fácil de desempeñar en un papel tremendamente difícil y muy físico. ‘Chapeau’ por el actor, que de paso hará callar unas cuantas bocas de muchos detractores anclados en el pasado y con multitud de prejuicios.
En definitiva, ‘Buried’ (‘Buried’, 2010) es una propuesta de lo más arriesgada, pero también de lo más lograda y disfrutable. Un ejercicio de estilo rompedor que alcanza cotas muy altas de buen cine.
En una frase: la Novia de ‘Kill Bill: volumen 2’ (‘Kill Bill: volume 2’, Quentin Tarantino, 2004) pero sin las enseñanzas marciales de Pai Mei.
Lo que más me ha gustado: casi todo, en especial la labor del director y del protagonista.
Lo que menos me ha gustado: que no se arriesgue más por este tipo de producciones.
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